Estrategias de ampliación de mercados
En este punto las estrategias de desarrollo de Kong, previeron un cambio en la imagen a los ojos del consumidor: no solo en la oferta ce conectores, sino sobre todo en la seguridad.
La gama de productos se amplió notablemente al proponer poleas, descendedores, y bloqueadores para cuerdas, cascos, arneses, pero sobre todo se comenzaron a producir artículos específicos para el rescate en montaña como camillas, palos pescantes y varios complementos específicos derivados del alpinismo pero adaptados a las exigencias de quien vive la montaña no sólo como actividad recreativa sino por motivos profesionales.
A principio de los ochenta Kong era la única empresa italiana que producía mosquetones para alpinismo, mientras que en el mercado mundial había cinco fabricantes: Simond y Prade francesas, Faders española, Stubai austriaca e Chouinard estadounidense.
En el mercado mundial había cerca de dieciocho marcas diferentes de conectores de roca, pero Kong producía diez de ellas.
En 1986 se creó la empresa Aludesign, que comenzó a producir mosquetones para roca, la competencia de un nuevo productor llevó a introducir mosquetones muy sofisticados. La imagen del producto barato y conveniente, se abandonó para pasar a un artículo tecnológicamente avanzado.
En 1987, Kong depositó la patente de un nuevo sistema de cierre de mosquetones para eliminar cualquier punto donde se pudiera enredar la cuerda. Este particular sistema llamado “Key Lock”, deriva su nombre de la forma en que se une la palanca y el cuerpo conector, que recordaba una cerradura. Su propósito era eliminar del cuerpo y del dedo, cualquier aspereza que pudiera erosionar la cuerda y dificultar su inserción y liberación. Este cierre, frente a otros mosquetones tenía la ventaja de contar con una seguridad adecuada, incluso si la palanca se mantenía abierta aproximadamente 2 mm.
Algunos años después con el mismo espíritu innovador nació FROG, un revolucionario conector unidireccional para anclajes específicos y cierre automático.
Diseñado en colaboración con el Politécnico de Milán, FROG es un conector absolutamente nuevo tanto en la forma como en el mecanismo de funcionamiento: FROG cambia completamente el concepto de "mosquetón" entendido como gancho. La inserción es extraordinariamente rápida y segura incluso en anclajes que no son fácilmente accesibles para conectores clásicos.
Mientras tanto, Kong comenzó a darse a conocer también en el sector náutico gracias al suministro de accesorios metálicos, grilletes, anillas y mosquetones necesarios para completar el equipamiento de una embarcación.
Los productos más famosos y apreciados eran las famosas juntas fijas o giratorias, en acero al carbono o en acero inoxidable, usadas para unir la cadena del ancla: la gama de estos artículos se implementó con nuevas medidas y versiones aún hoy presentes en los catálogos de la empresa.
A finales de los ochenta se planteó un grillete especial, el chain gripper, usado para unir entre ellas las cadenas usadas en marina, teniendo una dimensión variable entre 5 y 12 mm. Además se realizaron artículos complementarios a los que ya estaban en producción: un soporte para motores fueraborda de gran potencia, que era un accesorio ya conocido en el mercado americano, mientras que en Europa aún no se fabricaban, y un mosquetón especial para el esquí acuático dotado de una sistema de liberación rápida.
Las tecnologías de producción náutica especializadas en tratamientos anticorrosión, se aplicaban también sobre anillos y mosquetones vendidos a la industria química y alimentaria, donde el producto debía tener una elevada resistencia superficial.
Kong se convirtió prácticamente en el único fabricante occidental de mosquetones de acero inoxidable para uso industrial. El cliente estaba dispuesto a pagar un excedente de precio, a tener un producto garantizado y certificado de acuerdo con los estándares de la CE, a través de pruebas destructivas destinadas a evaluar el límite de rotura, resistencia y corrosión. En esos años, los fabricantes de China y Taiwán estaban especializados en la producción de mosquetones no certificados, destinados a usos que no requerían requisitos técnicos particulares.
Mientras tanto, la producción de mosquetones dispositivos para la protección individual fue apoyada por artículos más complejos para el salvamento en montaña y en mar. Con la colaboración de los cuerpos de rescate, se crearon el palo pescante “Stelvio”, el trípode “Cevedale” y la innovadora camilla “Lecco”, que gracias a la característica única de poder ser desmontada y transportada fácilmente en la espalda se convierte en el estándar para todas aquellas situaciones de emergencia en la que un helicóptero no podía alzarse en vuelo para causa de las malas condiciones meteorológicas.
Gracias a esta intuición, Kong dio un giro en el tiempo siendo referencia en el desarrollo y producción de artículos dedicados a las emergencias y al rescate, allanando el camino en un sector fértil y de gran satisfacción tanto económica como moral.
Junto a estos nuevos sectores, a finales de los años 80 se identificó una nueva disciplina deportiva para diversificar la producción.
La elección de producir artículos para golf, que no competían con los producidos por Kong, se remonta a una estrategia de expansión de la familia Bonaiti: refinar la producción de un sector independiente, que posteriormente podía separarse de la empresa.
En 1989 Kong empezó a comercializar todo el equipamiento necesario para la práctica del golf con una nueva marca llamada MC Creation Made en el Principado de Mónaco, o simplemente Montecarlo. Algunos artículos como los palos y las bolsas se ensamblaban a medida de los clientes que realizaban pedidos específicos, por exigencias técnicas y estéticas.
Para publicitar la nueva gama de producción se realizaron contratos de esponsorización con jugadores profesionales, destaca un nombre entre todos Costantino Rocca.
Esta aventura continuó hasta principios de la década del 2000, cuando la empresa decidió abandonarla de forma definitiva para dedicarse a nuevos sectores.